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1-En los últimos 10 años has creado algunas bellas obras audiovisuales. ¿Podrías contarnos cuales son y como nacieron en ti?

El rodaje de mi primer corto (‘Las Piedras no Aburren’, 2009) llegó por sorpresa a raíz de ganar un premio de guión que implicaba dirigirlo. Si no lo hacía tenía que renunciar a él, así que sin tener ninguna formación en cine más que haber estudiado un breve curso de guión, me lancé a la aventura. Y se me abrió un mundo porque descubrí un lenguaje perfecto para contar historias, algo que siempre me ha gustado. Quitando los aspectos técnicos, narrar con imágenes es, como la mayoría de disciplinas artísticas, absolutamente intuitivo. Es decir, si tienes claro lo que quieres contar y cómo quieres hacerlo, el resto se trabaja y acaba saliendo. Para demostrarme a mí misma que esa conclusión a la que había llegado era cierta, decidí autoproducirme mi segundo corto, ‘Una Flor en Recepción’ en 2010, en el que me gasté todos mis ahorros y muchísima energía. Y corroboré mi tesis. Este corto me dio muchísimos reconocimientos y premios, viajé a festivales y conocí a mucha gente, así que entendí que hacer cine no era tan difícil si sabía lo que quería contar. Luego vinieron ‘La Casa de Arriba’ (2012), un corto inspirado en mi infancia, y ‘Mudanza’ (2013), el más experimental, barato y bello que he realizado, gracias al apoyo imprescindible de mi amigo Ricard Fadrique, con el que también rodé ‘Luna de Miel’ (2014) en una residencia de ancianos. ‘Mudanza’ no me ha dado ningún premio, pero sí estuvo en festivales y en un museo durante un mes y con él siento haber dado un paso más lejos en la experimentación de este lenguaje en el cual quiero seguir profundizando. Dado que soy incapaz de escribir poesía con el lenguaje escrito, me encantaría poder trasladarla al audiovisual. Y en ello estoy.

2-¿Cuáles dirías que son las principales diferencias que encuentras entre las historias contadas por hombres y las contadas por mujeres?

Quizás la profundidad. Aunque sin ánimo de generalizar, ya que hay muchos hombres que se sumergen hasta el fondo de las emociones de manera magistral y saben expresarlas muy bien y mujeres que no lo hacen. Pero hablando muy en general quizás las mujeres conectamos más con las emociones y de entrada ya escribimos y pensamos las imágenes en otro nivel.

3-¿Consideras que el acto creativo consiste en volver a los temas recurrentes de tu vida personal?, o ¿existe una necesidad, quizás, de buscar nuevos temas, algo más distantes de tu realidad?

Para crear algo desde la raíz y no quedarse en la superficie hay que acercarse mucho a ello, hay que meterse o haber estado dentro. Así que sí tomo cosas de mi vida personal o de las vidas personales que me rodean o de las historias que me cuentan o me golpean. No puedo contar algo que me es indiferente o que me queda lejos. De hecho no soy muy prolífica, me cuesta encontrar una historia concreta para hablar de lo que quiero hablar o para transmitir lo que quiero transmitir. Tengo que estar muy segura. A veces encuentro simplemente una imagen o una sensación que quiero contar y construyo la historia en base a ellas. Una sola imagen, una buena fotografía o un cuadro me sirven de disparador para una nueva historia.

4-¿De qué manera las herramientas del periodismo te ayudan a construir tus relatos audiovisuales de ficción?

Mis relatos de ficción tienden a tener una atmósfera de fantasía o surrealismo o realismo mágico, quizás palabras demasiado grandes para expresar algo que aún no he logrado, pero ese es mi objetivo. Así que el periodismo, que toca la realidad y la cuenta la manera más aséptica posible, queda muy lejos y las herramientas de uno y de otro no tienen absolutamente nada que ver. Si hiciera cine documental sí me ayudarían, pero yo amo la ficción y encima poética, así que las herramientas del periodismo las dejo bien lejos.

5-¿Has pensado realizar historias de terror, o de ciencia ficción?

Sí. No tanto de terror como de miedo o inquietud y no tanto de ciencia ficción como de fantasía, es decir, un medio camino. Dado que mis cortos son autoproducidos y no me sobra el dinero, cuento con medios muy básicos, pero estoy convencida de que se pueden hacer grandes cosas con medios escasos. Lo importante es la mirada. Es mucho más impactante o inquietante un plano por un encuadre, un rostro o un uso de la luz determinados, que por meterle efectos o sangre a borbotones.

6-¿Qué proyectos futuros se fraguan en tu mente?

Estoy preparando un corto con un grupo de compañeros que nos conocimos precisamente en un taller de cine de terror y que queremos arrancar proyectos nuevos, quien sabe si después de este primer corto venga un largo… Nos hemos juntado un grupo de personas con unas mismas inquietudes y un amor incondicional al cine. Nos llamamos PoesíadelCaos y esperamos que sea el inicio de una colaboración rica o al menos diferente de lo que vamos viendo. Y a nivel personal hace tiempo que tengo en mente otro corto pequeñito de estilo de ‘Mudanza’ que rodaría este verano con mi amigo Fadrique pero para el cuál aún no tengo el final…

7-¿Qué tan importante es para ti incluir humor en tus historias?

Pues aunque mis historias no suelen ser comedias, sí son agridulces y a veces oscilan entre la lágrima y la risa. Intento meter la risa (suave, no la carcajada) dentro de situaciones duras o quizás dramáticas. Para mí ‘Una Flor en Recepción’ es un drama porque la protagonista está pasando un mal momento, pero durante todo el corto hay risas porque el personaje que interpreta Alberto Amarilla intenta ‘curarla’ arrancándole la risa y porque ambos tienen una conversación aparentemente superficial a través de la cuál los dos se están transformando sin saberlo. Y ‘Las Piedras no Aburren’, que es una oda a la imaginación y un homenaje a ‘Amanece que no es poco’, de José Luis Cuerda, también tiene momentos de risa a pesar de la inquietud que se genera.

8-¿Qué opinión tienes de los videos musicales como formato para contar historias?

Me gustan mucho y además dan mucha opción a la experimentación porque permiten narrativas no lineales para transmitir emociones y acompañar a la música, otro lenguaje maravilloso. Hace unos meses contacté con un grupo para pedirles permiso para realizar un cortometraje inspirado en un tema suyo, de una canción que ya es una película en sí misma y además maravillosa, pero no fue posible. Ellos no son suelen ceder sus canciones para spots o películas porque prefieren que no haya nada que condicione la escucha de su obra, así que me quedé con las ganas, pero entendiendo y respeto su postura al 100%.

9-¿Que escritoras han influido más en ti, y por qué?

A día de hoy Anaïs Nin con su diarios, no puedo dejar de leerla. También los poemas de Emily Dickinson o algunos libros de Simone de Beavoir, Doris Lessing y Virginia Woolf; y guardo algunas imágenes de ‘Temblor’ de Rosa Montero y de ‘Memorias de África’ de Isak Dinesen.

10- ¿Y con respecto a los escritores?

Todo Nabokov, sobre todo ‘Lolita’; Stefan Zweig, especialmente ‘Carta de una mujer desconocida’; las ‘Narraciones extraordinarias’ de Poe, Rimbaud y algunos simbolistas franceses, Edgar Lee Masters y su ‘Antología de Spoon River’; Mathias Malzieu, Ray Loriga, Orhan Pamuk…

11- Hablando de directores y directoras de cine de todos los tiempos, ¿cuáles prefieres? y ¿por qué?

Soy mucho más lectora que espectadora, pero veo bastante cine. Me gusta mucho Isabel Coixet, todo Iñárritu… me alucinó ‘El árbol de la vida’ de Malick, el ‘Café de Flore’ de Jean-Marc Valleé, ‘La piel que habito’ de Almodóvar, algunas del Clint Eastwood director… pero hay tantísimo cine que no he visto que no puedo responder esta pregunta en condiciones. Y me parecen preciosas y repletas de un montón de cosas la primeras películas de cine mudo (Méliès, Alice Guy, Chaplin, Buster Keaton…) y el cine expresionista alemán (‘El gabinete del doctor Caligari’, ‘Nosferatu’…).

12-¿Qué les dirías a todas esas mujeres y niñas que tienen un Smartphone o una cámara de video, y que sueñan con ser cineastas?

Que ya tienen todo lo que hay que tener para serlo: un dispositivo para retratar la realidad desde su punto de vista y una mirada propia que no deben esconder ni maquillar sino potenciar sin miedo ni complejos.